La serie que me ocupa estos últimos días es Mistresses (Infieles). Ya tiene tres temporadas, todas en castellano, con capítulos de unos 40 minutos que se pasan volando. En este caso estoy viendo la versión americana, pero está basada en una serie inglesa.
Son cuatro amigas que han pasado, o están pasando, por algún mal momento sentimental. O bien han sido ellas infieles o son sus parejas los que les han puesto los cuernos.
Un tema que está a la orden del día y que muestra que tantos ellos como ellas pueden ser los culpables...
Al principio la protagonista principal era Savi (Alyssa Milano), pero con el paso de los capítulos han terminado siendo más significativas sus dos amigas (April y Karen) y su hermana (Joss). Es más, en la tercera temporada apenas aparece Savi, aunque sí se habla de ella.
Savi es una abogada prestigiosa, casada con un maravilloso cocinero de éxito guapísimo. La idílica relación se irá rompiendo ante la dificultad que tienen para formar una familia, hasta el punto de meter a terceras personas por medio.
Joss, hermana pequeña de Savi, alocada y sin trabajo estable. Pasará por una época un poco difícil, sin tener claro ni siquiera su orientación sexual.
April es una joven viuda y madre, a la que la vida no ha tratado bien y que decide lanzarse a la aventura y montar su propio negocio.
Y por último Karen, terapeuta y de las que parecen una mosquita muerta pero que en realidad dará mucho juego.
Es de esas series en las que al verla empiezas a plantearte las relaciones de otra forma. Sigo estando en contra de las infidelidades, y cuanto más veo la serie, más pienso que son injustificables. Da igual si se hace porque ya no hay amor, por una noche de borrachera, por lo que sea. Cada acto tiene sus consecuencias, y después no se puede llorar por algo que se rompe y no se puede reparar.
Sí, es una de esas series que clasifican como series para mujeres. Dramas en cada capítulo y muchas ganas de que todos acaben felices y emparejados, aunque lo ponen bastante difícil, no dejan de cagarla.
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