La noche del 12 al 13 de agosto fue la más indicada para ver las Perseidas, o lágrimas de San Lorenzo. Que tiene narices que un espectáculo tan bonito recuerde a la tortura que sufrió el santo a la parrilla...
Lo mejor es que no hace falta nada, solo un buen sitio para verlas y ponerse cómodos mirando al cielo. Recomiendan espacios abiertos con poca iluminación.
Yo me fui a la playa después de trabajar y disfruté una hora y media de tranquilidad. Aunque no fue el espectáculo que esperaba debido a la aparición de nubes puñeteras. Quise hacer un vídeo para compartir el momento, pero para enseñaros un fondo totalmente negro era una tontería. Así que me quedo el recuerdo para mí.
El año que viene intentaré repetir, y si es posible disfrutarlo desde algún pueblo perdido en la montaña con buena compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario