La novela que os presento hoy llegó a mí de casualidad, cuando la autora comenzó a seguirme en Twitter y el nombre de su novela casaba con mi estado de ánimo de aquel día. Después de leer en tres días Y en nosotros nuestros muertos, no puedo hacer más que recomendarla (entenderéis el título en el último capítulo, y merece la pena descubrirlo). De verdad de la buena que os enganchará y os emocionará. Ana Medrano, no dejes nunca de escribir, y que tu vena gallega no deje de estar presente en tus libros.
Relatada en primera persona, conocemos la historia de Nena, en la que, a la tristeza por la muerte de un ser querido, se le une la intriga de resolver el misterio que rodea el crimen. Sentimientos a flor de piel que muchos tomamos como propios. De paso aprendemos un poco de arte, de los robos de obras que se han dado a lo largo de la historia, las expoliaciones que se llevaron a cabo en las iglesias y que, a pesar de las leyes, el mercado negro sigue funcionando.
Se menciona en una parte de la novela la Silla en la que Felipe II se sentaba a ver las obras de El Escorial, y curiosamente la imagen de portada de este blog es una foto que tomé hace años en ese lugar.
Me conquistó cuando leí: "a quen Deus non lle da fillos, o demo dalle sobriños", una frase muy gallega que siempre decía una tía mía (a quien Dios no le da hijos, el demonio le da sobrinos). Me remató con la nana en gallego que tantas Navidades escuché en brazos de mi abuela. Demasiada morriña en tan pocas líneas... cuántas veces vi a mi madriña ponerle un trozo de chocolate (o un bombón) al café de pota.
Os animo a seguir a la autora en Twitter (@ana_medrano_) y visitar su página web (aquí), donde podréis ver que próximamente habrá segunda y tercera parte. Estoy deseando leerlos!!
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