Nos vamos de cena romántica al centro de Valencia, en el barrio de Carmen. A un italiano que llama la atención desde el primer momento por su decoración. Se acerca San Valentín y es posible que algún incauto caiga en la tentación de reservar mesa en Bacco d.o.c., así que mejor os pongo en antecedentes.
El restaurante está en la calle de los Derechos, 29. Es muy fácil de encontrar y engaña a primera vista. Hasta que no estás dentro sentado y te fijas en los pequeños detalles, no ves lo dejado que está.
Algunas partes de las paredes rota y con el corcho a la vista, agujeros en el suelo (cuidado con los tacones si os toca comer en la planta de arriba) o unos baños más propios de un pub cutre que de un restaurante caro.
El ambiente muy romántico, luz tenue, una vela en la mesa y la sensación de estar en una cueva. Pero apenas hay espacio entre las mesas. Si te toca como a nosotros la primera, tendrás todo el rato a los camareros pasando por detrás y dándote golpecitos.
El servicio amable y rápidos, pero tampoco nada del otro mundo. En cuanto a la carta... la que nos dieron a nosotros no tenía nada que ver con la que aparece en internet. Muy escasa, para ser una pizzería solo tenía 3 pizzas a elegir. (Aquí podéis ver la carta que no nos dieron a nosotros).
Y ahora llega nuestra gran decepción: la comida. Para picar pedimos un carpaccio de pulpo, que había más plato que comida. Me dicen que es pulpo y no me lo creo, el sabor era a mar, pero nada que ver. Una decepción.
El plato principal ya puso la guinda. El entrecot (llamado Tagliata con Rucola e Grana Padano) estaba frío, poco hecho y ya cortado.
En cuanto a la pizza Bacco solo puedo decir que no la terminé, y no precisamente porque fuera grande, sino porque estaba tan salada que era imposible continuar comiendo.
No nos atrevimos con el postre, y eso que al llegar pensé en acabar la cena con un tiramisú, pero se me fueron las ganas de seguir pagando por comer mal.
Nos fuimos con hambre y con la sensación de haber malgastado 47€.
Establecimiento: 3/5
Servicio: 3/5
Comida: 1/5
Precio: 2/5
Valoración global: no lo recomiendo para nada.
El restaurante está en la calle de los Derechos, 29. Es muy fácil de encontrar y engaña a primera vista. Hasta que no estás dentro sentado y te fijas en los pequeños detalles, no ves lo dejado que está.
Algunas partes de las paredes rota y con el corcho a la vista, agujeros en el suelo (cuidado con los tacones si os toca comer en la planta de arriba) o unos baños más propios de un pub cutre que de un restaurante caro.
El ambiente muy romántico, luz tenue, una vela en la mesa y la sensación de estar en una cueva. Pero apenas hay espacio entre las mesas. Si te toca como a nosotros la primera, tendrás todo el rato a los camareros pasando por detrás y dándote golpecitos.
El servicio amable y rápidos, pero tampoco nada del otro mundo. En cuanto a la carta... la que nos dieron a nosotros no tenía nada que ver con la que aparece en internet. Muy escasa, para ser una pizzería solo tenía 3 pizzas a elegir. (Aquí podéis ver la carta que no nos dieron a nosotros).
Y ahora llega nuestra gran decepción: la comida. Para picar pedimos un carpaccio de pulpo, que había más plato que comida. Me dicen que es pulpo y no me lo creo, el sabor era a mar, pero nada que ver. Una decepción.
El plato principal ya puso la guinda. El entrecot (llamado Tagliata con Rucola e Grana Padano) estaba frío, poco hecho y ya cortado.
En cuanto a la pizza Bacco solo puedo decir que no la terminé, y no precisamente porque fuera grande, sino porque estaba tan salada que era imposible continuar comiendo.
No nos atrevimos con el postre, y eso que al llegar pensé en acabar la cena con un tiramisú, pero se me fueron las ganas de seguir pagando por comer mal.
Nos fuimos con hambre y con la sensación de haber malgastado 47€.
Establecimiento: 3/5
Servicio: 3/5
Comida: 1/5
Precio: 2/5
Valoración global: no lo recomiendo para nada.
Menuda decepción. Para no repetir, está claro.
ResponderEliminarBesos :*
Por lo menos que a otros no les pase... ;)
EliminarHe estado dos veces alli, y en la ultima habian pelos en la comida, y me dijeron que podian ser mios, que cara mas dura, eran negros negros.
ResponderEliminar¡Qué asco! Y sí, mucho morro le echaron, porque tú eres rubia. En fin, no volveremos a ir, ni lo recomendaremos.
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