Nos vamos hasta Calamocha, un pueblo de Teruel, para conocer el Asador Las Espuelas (N-234 km17). Unas antiguas caballerizas reformadas para convertirlas en restaurante. Por lo que me han contado, antes sí tenía el encanto de parecer que se comía en una cuadra de caballos, pero ahora es un sencillo restaurante de carretera que se ha quedado viejo. También tiene una zona para aparcar muy amplia y no tiene WIFI.
La primera impresión no ha sido buena, pero por lo menos el sitio estaba limpio. Aunque era viernes a medio día solo fuimos cuatro comensales, según el chico que estaba allí era el peor día de los últimos meses (lo dudo).
Para empezar lo familiar está bien, pero no en exceso. Que un niño de unos 9 años sea el encargado de poner la mesa o servir la bebida, no me parece apropiado. Sobre todo cuando su padre estaba apoyado con el móvil en la barra diciéndole que nos atendiera.
En cuanto a la carta... no hay. Directamente te lo "cantan" y ya te apañarás si te acuerdas del primer plato. Acabas pidiendo lo que pillas al vuelo. Sí que había variedad a la hora de elegir entre primeros y segundos.
Un punto a su favor fue poner pan con tomate para picar mientras esperábamos la comida. Lo malo era que el pan recién hecho bien, pero al rato no se tragaba. En cuanto a los platos principales la cantidad era la justa y bastante simples.
De primero elegimos: sopa de cocido (que no estaba caliente pero sí buena) y una ensalada (variada y el aliño separado) .
Las pocas ganas de trabajar se notaban, ya que antes de recoger los platos del primero ya nos trajeron los del segundo y se lió un poco el hombre para dejar unos y coger otros.
De segundo: pinchos morunos (solo dos pequeños y fríos, aunque de sabor buenos) y un muslo de pollo (a la brasa, con saber a hierbas). Acompañando un puñado de patatas fritas.
Antes de que llegáramos al postre, los dueños se pusieron a discutir en la cocina y el que nos atendía se fue y no volvió. La chica que salió a recoger los platos no supo decirnos si el postre estaba incluido (al final sí lo estaba y nos lo sirvió muy bien). Pedimos: natillas (que parecían caseras, pero no estamos muy seguros) y mousse de fresa (sin sabor a fresa y la textura no era de mousse).
El café y la bebida se incluyen en el menú, del que no supimos el precio hasta que pagamos la cuenta. 12€ por persona que me parece excesivo para lo que comimos, como mucho vale 8€.
Establecimiento: 2/5
Servicio: 1/5
Comida: 3/5
Precio: 1/5
Valoración global: mejor buscamos otro sitio y no repetimos.
Cruel
ResponderEliminarIgual me he pasado un pelín...
EliminarEntiendo que caistéis de casualidad no? Vaya experiencia '^^ y oye... tu has descrito tú experiencia, por algo te habrá salido así ¿No? :*
ResponderEliminarLo peor es que fuimos a propósito. Se ve que hace unos años era un sitio muy bueno... Pero igual es que justo pillamos el día malo ;)
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