No es la típica novela romántica. En este caso Fisher conoce a Ivy durante el rodaje de un anuncio en Londres, en el que él es director y ella maquilladora. Desde un primer momento él se enamora de ella y viven un intenso romance de dos semanas. Lo que no se esperan es que eso les condiciona todo su futuro.
Hasta aquí puede parecer un chick lit de los de siempre. Ahora bien, el protagonista real del libro es el embarazo de Ivy. Ha sido en parte como leer un cursillo acelerado de "qué esperar cuando estás esperando". Semana a semana qué síntomas se presentan en la madre, qué tamaño tiene el feto... Sí, en ocasiones ha sido traumático pero he logrado terminarlo.
Tiene un par de momentos emotivos y muestra muy bien la duro que es perder a alguien. Lo difícil que es tratar de ayudar cuando es el otro el que sufre y no podemos hacer nada para remediarlo.
Un detalle que me rechina es que siempre ponen "y Ivy", sé que si leyera el nombre como se pronuncia no sonaría mal, pero es superior a mí.
En ocasiones la linea temporal que sigue es confusa, hace saltos adelante y atrás que pueden llevar a perderse, como en la parte de la despedida de soltero.
No es una novela que recomiende, ni siquiera sé por qué terminé de leerla (será la cabezonería). Pero su punto positivo es que muestra el afán de superación y que enamorarse es muy sencillo, pero mantener lo que se tiene y hacer que funcione... ahí está lo complicado.
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