Una vez más he hecho caso a un compi y le he dado una oportunidad a la serie Teen Wolf, que en principio me paraba porque lo veía muy adolescente y fantasioso.
Los capítulos son de 45 minutos, que normalmente se pasan muy rápido. Sobre todo en los que hay acción, que suelen ser la mayoría. Ya hay cinco temporadas en castellano, lo cual es un punto a su favor porque si gusta hay muchos capítulos para ir viendo.
Está basada en la película homónima de 1985, y se alargará de momento hasta la sexta temporada, en la que se graduarán en el instituto.
La historia principal gira en torno a un joven al que muerde un hombre lobo y acaba convirtiéndose en uno. Los primeros capítulos, Scott tendrá que entender por sí mismo qué le pasa y cómo gestionarlo. Por suerte tiene a Stiles, su mejor amigo e hijo del sheriff del pueblo. Juntos intentarán sobrevivir a esta nueva situación.
Sin embargo a partir de la segunda temporada parece que el presupuesto aumenta, con lo que también la calidad de las escenas y además empiezan a introducir otras criaturas.
A partir de aquí la pandilla aumenta, ya no son solo ellos dos contra el mundo, sino que irán descubriendo que a su alrededor hay más como Scott. Personajes que serán unos buenos aliados.
La verdad es que Beacon Hills tiene un imán para estas extrañas criaturas. Si las series fueran realidades, en Estados Unidos habrían mil pueblos con tendencia a sucesos extraños y muertes gores (sí, para ser una serie adolescente, tiene escenas bastante fuertes, sobre todo según avanzan las temporadas).
Lo mejor de la serie: Derek. Aunque sea por verlo a él, ya vale la pena. Y es una lástima que en las últimas temporadas casi no lo vemos (por eso quizá se me hace tan larga la quinta temporada).
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