
Aunque no es realmente lo que habría querido hacer, me conformo, pues el dolor de espalda por dormir en el suelo lo tuve igual.
Eso sí, mi madre dice que aunque acampe a lo "perroflauta", las lentejas y el pescado seguirán estando en el menú y que mis reivindicaciones no serán escuchadas. Pues vaya...
Gracias a mi amiga Raquel por prestarme su tienda, que el verdadero reto llegó a la hora de recogerla y meterla de nuevo en la bolsa. Montar se montará en dos segundos, pero recogerla... poco me faltó para llamarla y que viniera a socorrerme.
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