martes, 4 de marzo de 2014

"La isla de las mariposas" de Corina Bomann

 Pasando frente una librería me llamó la atención este título que figuraba entre el top 10 de ventas de febrero, aunque para ser sincera lo que me atrajo fue el colorido de su portada. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo me pirran las cosas bonitas. 
 En cuanto me lo descargué, tardé 4 días en leerlo, mereciéndose un 8 en mi escala personal. Por su forma de sumergirme en su lectura, aunque no sea de esas historias en las que deseas que haya una segunda entrega. Tampoco la releería o me compraría el libro en papel.

 Descubrir el misterio que envuelve a una familia desde hace generaciones se convierte en una gran historia. Entrelaza los sucesos de un tiempo pasado con el presente de forma exquisita. 
 Por un momento pude oler en el salón de mi casa el aroma del té, el calor agobiante de Sri Lanka y por ello disfruté el doble de la novela con una buena taza de té Earl Grey.
La única pega es que, para mi gusto, Corina Bomann podría haber estirado la historia rellenando algunos cabos que deja sueltos. Comprensible en parte, ya que no se puede descubrir en la actualidad el 100% de un secreto sucedido hace 100 años del que no queda un testigo vivo. 

Pero seamos sinceros, ¿quién en su sano juicio lo deja todo para ir a una aventura así? En la realidad, si pudiéramos usaríamos a un detective privado, y si no está a nuestro alcance, aceptaríamos la herencia y olvidaríamos las divagaciones de una anciana moribunda. ¡Qué bonitas son las novelas románticas!

 Me ha recordado ligeramente al libro de Kate Morton: El jardín olvidado. Esa mujer actual que hereda un secreto de familia que debe descubrir a la vez que encuentra el amor. Y es que se ve que el amor va parejo a la aventura y a ese momento en que dices "voy a centrarme en mí y no quiero saber nada de los hombres". Pues menos mal que yo lo he encontrado sin necesidad de estas cosas, porque mi familia, por suerte o desgracia, no me dejará en herencia un misterio emocionante que resolver, como mucho deudas que afrontar.


Ahora me falta leer El país de las mariposas de Nerea Riesco, más que nada por la similitud del título, a ver si resulta ser tan buen país como isla.

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